viernes, 19 de febrero de 2010

Algunos fundamentos en la educación de los niños

Para que los niños se desarrollen de forma natural y equilibrada es necesario que no interfiramos “represivamente” en el camino hacia lo que realmente aman y quieren hacer. Que desde el principio y hasta el final de sus vidas pueden trabajar en algo que sienten que vale la pena y que tenga para ellos una profunda significación. Y que, entre otras cuestiones, impulsemos desde todos los ámbitos - familiar, social, laboral, etc.- los siguientes fundamentos educativos:

  • Ayudarles desde la infancia a no imitar a nadie, sino a ser ellos mismos todo el tiempo.
  • Enseñarles a aprender cómo pensar y no qué pensar.
  • Facilitarles el aprender, sin que la memoria sea lo predominante.
  • Es fundamental que crezcan en una atmósfera de atención.
  • Permitirles que se equivoquen y, así, descubrir.
  • Facilitarle que el miedo surja en ellos bajo cualquiera de sus formas; para esto es indispensable que los educadores, padres, maestros, etc., descubran las raíces de su propio miedo.
  • Estimularles para que, en lo interno, en lo profundo, se encuentren en constante estado de rebelión; sólo quienes se rebelan constantemente descubren lo verdadero.
  • Que aprendan a reconocer que la diferencia entre el conocimiento útil y el destructivo es el principio de la inteligencia.
  • Que los educadores de todos los ámbitos no son meramente informantes, máquinas que imparten un conocimiento particular, sino seres interesados por el bienestar de la totalidad.

Estos fundamentos educativos están sacados de los libros de Krishnamurti y tal y como Él comenta "La educación debe ayudar a comprender la totalidad de la vida y no preparar meramente a los seres humanos para que consigan un empleo y sigan el camino habitual del matrimonio, los hijos, el seguro y los "pequeños dioses".

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